lunes, 29 de marzo de 2010

La artroscopia de cadera cada vez tiene menos secretos para los especialistas

Vengo de vuelta del congreso anual de la Academia Americana de Cirugía Ortopédica (AAOS). No suelo faltar a esta cita porque en una semana puedes acudir diariamente a charlas y cursos de todas las superespecialidades impartidas por los más destacados cirujanos del mundo. Este año me he volcado en todo lo que se ha contado y discutido acerca de la artroscopia de cadera.


Ello me ha permitido intercambiar la experiencia y la opinión con los profesionales más experimentados del mundo en esta área, así como las dudas que nos surgen en la consulta acerca de este procedimiento. Pero, sobre todo, he compartido las reflexiones acerca de una novedosa patología que aún tiene despistados a buena parte de los facultativos de todo el mundo, como es el choque femoro acetabular.

Este trastorno fue identificado hace pocos años. Afortunadamente, y a pesar de ser un problema de catalogación reciente, cuyo manejo todavía se sigue perfilando, se está avanzando considerablemente en su tratamiento y, tal y como ocurre en España, cada vez más traumatólogos la conocen y la tratan.

Viajes de formación

Hace unos años tuve que viajar a Londres (Reino unido) a ver a Richard Villar para conocer los fundamentos de esta patología y sus maneras de tratamiento. Más tarde, para perfeccionar la técnica, estuve en Colorado (Estados Unidos) formándome con Mark Phillipon. En Alemania tuve la suerte de poder operar junto a Michael Dienst… todos ellos grandes especialistas en esta disciplina, aunque ubicados fuera de nuestras fronteras porque en aquel entonces eran muy pocos los que siquiera la conocían.

Actualmente, y después de haber tratado a un gran número de pacientes, en iQtra hemos ido simplificando criterios, afinando las técnicas, de manera que nuestros cirujanos manejan este trastorno de manera fácil y rápida.

Apuesta clara por la cirugía

Toda esta experiencia acumulada, más la que he podido adquirir en la reunión de la AAOS, nos permite realizar una apuesta clara por la cirugía para solucionar el choque fermoro acetabular. Esta patología, además de acarrear unos fuertes dolores, deteriora la calidad de vida, veta la práctica deportiva y, lo que es más importante, desencadena la aparición de una artrosis prematura que inevitablemente acaba degenerando la articulación y haciendo necesaria la colocación de una prótesis.

Tener la oportunidad de corregir este proceso cuando aún no se ha iniciado el daño del cartílago articular es un paso enormemente satisfactorio.

Otra de las satisfacciones que los especialistas nos traemos a casa después de estas reuniones, es el intercambio de conocimientos. Discutiendo dudas, inquietudes, comentando problemas o hallazgos… nos permiten diferencias trastornos que antes agrupábamos sin distinción, lo que nos facilita la aplicación de tratamientos cada vez más finos.

Así, podemos ofrecer a nuestros pacientes una solución para choques femoro acetabulares, lesiones del labrum, caderas en resorte externo e interno, tendinitis del psoas (un músculo que se extiende desde la última vértebra dorsal y las cinco lumbares hasta el muslo, atravesando la pelvis), bursitis trocantéreas, lesiones tendinosas del glúteo medio, osteopatías de pubis, entre otras, que antes se encontrabano en una especie de cajón de sastre y cuyo único denominador común es el dolor que provocan en la cadera o en la ingle.

Premio para un especialista español

No quisiera olvidar tampoco compartir mi alegría con vosotros por el premio que ha recibido el Doctor Ribas en esta reunión anual de la AAOS por su excelente trabajo en el manejo del choque femoro acetabular.

Con el suyo, ya son dos los trabajos españoles premiados por la academia americana. Hace dos años tuve el honor de experimentar una alegría similar cuando estos expertos premiaron una investigación en la que yo había participado como coautor.

Esto me permite decir con gran orgullo y sin lugar a dudas que el ingenio y la capacidad de trabajo de los especialistas españoles está siendo reconocida frecuentemente por la más prestigiosa de las instituciones relacionadas con nuestro trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que cada año se presentan aproximadamente 1.000 vídeos de técnicas quirúrgicas, que únicamente se aceptan unas 30 y que sólo tres reciben el galardón.

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